DESHIDRATACIÓN EN PERSONAS MAYORES

En las personas de edad avanzada hay una mayor frecuencia de deshidrataciones por diversas razones. A veces es difícil llegar a cubrir las necesidades  de líquidos al día, bien por su incapacidad física que le dificulta el acceso al agua, bien por enfermedades crónicas.

Con la edad existen modificaciones en el sistema de regulación hidroelectrolítica y una reducción global del agua tanto a nivel intracelular como extracelular. Hay una disminución en la sensibilidad de la sed, alteraciones en la secreción y respuesta de la hormona antidiurética, una importante limitación para la retención de sodio. También disminuye la filtración glomerular y la función tubular. Todo ello contribuye a dificultar el mantenimiento del balance hídrico. 

La disminución del mecanismo de la sed, aumenta notablemente el riesgo de deshidratación,  especialmente si se presentan condiciones como ambiente caluroso y húmedo, diarrea, vómitos, fiebre, etc. Otros factores a considerar incluyen deterioros físicos y neurológicos como consecuencia de un infarto, que es la principal causa de incapacidad de las personas mayores y que suele forzarlas a ingresar en una residencia. El deterioro neurológico altera la función del hipotálamo y la glándula pituitaria, lo cual afecta negativamente a la sensación de la sed y la regulación de los fluidos. Pacientes con otro tipo de deterioros neurológicos como demencia o depresión, tienen serios problemas de acceso a los líquidos, y por lo tanto presentan más riesgo de deshidratación.

Factores de riesgo de deshidratación:

- >85 años de edad
- Reducción de la sensación de sed
- Problemas con el acceso a la bebida
- Problemas de comunicación
- Alteraciones cognitivas (demencia, depresión, etc.)
 
- Disfagia
- Anorexia
- Fármacos (diuréticos, laxantes, sedante, etc.)
- Patología aguda (fiebre, vómitos, diarrea,etc.)
- Falta de atención por los cuidadores


Los factores involucrados en la deshidratación se pueden englobar en dos posibles causas: disminución de la ingesta de líquidos y aumento de la pérdida de líquidos. Es importante tener en cuenta que la cantidad de líquidos es ajustable a través del mecanismo de la sed, pero ésta, disminuye con la edad.

Las estrategias para prevenir la deshidratación en los mayores:

* Ofrecer líquidos frescos repetidas veces al día.
* Mantener una dieta liviana y frugal. La alimentación debería ser rica en frutas, jugos de fruta,  verduras, gelatinas y helados de agua. 
* Evitar la exposición solar. De ser inevitable, hacerlo sólo en los horarios extremos (a primera hora del día o última hora de la tarde) y protegido del contacto directo (con sombreros, paraguas o sombrillas). 
* Mantener ventilados y refrigerados los ambientes.
* Vestir  a los ancianos con ropas livianas y claras.
* No tomar diuréticos sin la estricta indicación médica.

Finalmente, es importante tener en cuenta que ante cualquier cambio o alteración en el estado mental del anciano se debe hacer precozmente la consulta con el profesional médico porque una intervención rápida en un paciente deshidratado puede prevenir un cuadro de mayor severidad.

Comentarios

Entradas populares